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martes, 10 de marzo de 2015

Esperanza Aguirre no quiere un palacio que cueste 5.753 euros al día

Esperanza Aguirre vuelve a marcar distancias con su 'amigo' y compañero de partido Alberto Ruiz-Galladón. Por lo pronto, ya ha espetado que no tiene la intención de poner un pie en la que es la sede del Ayuntamiento de Madrid desde 2007: el Palacio de Cibeles.
La candidata del PP a la Alcaldía de la capital trata de desvincularse de uno de los suntuosos gastos ordenados por el ex alcalde de los proyectos «megalómanos» que fue criticado por propios y ajenos (la adquisición y reforma del edificio costó unos 500 millones de euros). 
Con el anuncio de un hipotética mudanza en el caso de que tome el timón del Gobierno local tras el 24 de mayo, la presidenta 'popular' ha querido dejar clara desde el primer minuto una de las señas de identidad de su propuesta electoral: la austeridad. Esta característica, junto con la presión fiscal baja y la defensa de la unidad del España, forma parte del ideario liberal irrenunciable de los conservadores madrileños que ella abandera.
El coste de seguridad, mantenimiento y limpieza del Palacio de Cibeles previsto para el año 2015 es de 2,1 millones de euros, según consta en el presupuesto municipal. O, traducido a magnitudes más palpables, 5.753 euros al día.
Pero las instalaciones no son de uso exclusivo del alcalde de turno. En el edificio trabajan 2.000 empleados públicos de los casi 30.000 que forman la plantilla del Ayuntamiento de Madrid y que en su mayoría fueron reubicados allí dentro de la política de reducción de alquileres. Además, el 70% de sus 35.616 metros cuadrados útiles de espacio (tiene más de 50.000) son de libre acceso, concentrados fundamentalmente en el espacio cultural de CentroCentro, donde se programan múltiples exposiciones.


Traslado en 2007

El 5 de noviembre de 2007 Gallardón trasladó a Cibeles la sede del Consistorio de la plaza de la Villa, donde se había ubicado desde el siglo XVI. Pronto surgieron problemas a la hora de traducir los planos a la estructura arquitectónica existente. Concretamente, las complicaciones llegaron con la biblioteca técnica, las dependencias municipales del recinto que ocupaba antiguo el Museo Postal y la instalación del Salón de Plenos en la conocida como Sala de Batalla.
La parte administrativa del palacio no llega a ser un tercio de todo el edificio. Allí, además de la Alcaldía, está la sede de Vicealcaldía, las áreas de Las Artes y la de Medio Ambiente y Movilidad, el gabinete de comunicación, el propio Salón de Plenos, un anfiteatro y diferentes salas de exposiciones.
Cuando el Ayuntamiento cerró la compra del Palacio de Telecomunicaciones con el Estado, el alcalde se comprometió a ceder una serie de edificios: el número 49 de la calle de Alcalá, el 3 de Hermanos Álvarez Quintero, el 5 y el 7 del paseo de los Olmos y el 41 de Capitán Haya. En conjunto, se valoraron en 360 millones de euros.
A esta cifra hay que sumar el coste de la reforma del edificio. Se presupuestó inicialmente en 80 millones de euros, pero la factura fue engordando progresivamente hasta rozar los 140 millones de euros, un 57% más del precio original. Por esta y otras inversiones ruinosas la deuda total del Ayuntamiento de Madrid asciende aún hoy a 6.000 millones.
Un cambio improbable
Esperanza Aguirre anunció ayer que, de ser investida alcaldesa tras las elecciones municipales, «no pisaría» el Palacio de Cibeles por «razones de ahorro» y se iría a la antigua sede consistorial, en la plaza de la Villa, donde tiene la intención de ocupar el despacho del actual presidente del Pleno, Ángel Garrido. Sin embargo, su vuelta al pasado parece poco realista porque en el inmueble en cuestión apenas si podría instalarse su equipo más cercano, puesto que el espacio para más dependencias municipales cuando se ultime la reforma en curso va a ser limitado.
El Ayuntamiento de Madrid, todavía con Ana Botella a la cabeza, ha decidido remodelarlo dentro de su Plan de Gestión Patrimonial. Tras la reforma, el inmueble será la sede del Instituto de Formación y Estudios del Gobierno Local, con lo que se ahorrarán los 1,5 millones de euros al año que actualmente cuesta el edificio alquilado en la calle Almagro.
Las obras ya han comenzado -se adjudicaron en el mes de noviembre a la empresa Vías y Construcciones S. A.-, costarán 1,3 millones de euros y durarán 10 meses. Cuando terminen, el edificio acogerá el grueso de la oferta formativa municipal, con la organización de más de 200 ediciones anuales de cursos a los que asisten 4.600 empleados públicos. Dicho trasiego parece poco compatible con las tareas propias de la Alcaldía más grande de España y la reanudación de la actividad en el antiguo Salón de Plenos, a no ser que la nueva alcaldesa -de serlo- decidiera dar marcha atrás en este proyecto, anulara la concesión, indemnizara a la concesionaria...
Un 'tetris' de personal
No obstante, el despacho del regidor antes del cambio a Cibeles no estaba en el inmueble al que se refirió ayer -la Casa de la Villa-, sino en la vecina Casa Cisneros, situada en el número 4 de la misma plaza. Allí, en su día, además de Gallardón, estaba el delegado de Seguridad y el gabinete de comunicación. También se celebraban las juntas de gobierno de los jueves. Tales instalaciones han sido habilitadas ahora para las comisiones municipales que se convocan mensualmente y para otros menesteres administrativos, con lo que la recuperación de sus funciones originales implicaría una especie de 'tetris' de personal y su consiguiente coste.
En todo caso, en una entrevista en 'El Programa de Ana Rosa', recogida por Europa Press, la presidenta del PP madrileño aseguró que realizará «unas consultas» a los contribuyentes para que sean ellos los que decidan qué es lo que quieren hacer con el Palacio de Cibeles porque le parece inadecuado hasta «lo que cuesta la calefacción». «Haremos lo que diga la ciudadanía, con modestia y humildad», concluyó.

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