Todos tenemos que trabajar para sostener nuestras familias. Tenemos necesidades básicas que cubrir y así lo hacemos. Los más afortunados estamos ocupados en algo relacionado con nuestra vocación, o tenemos la posibilidad de poner en marcha nuestro propio negocio. Pero hay otras personas que se ven obligadas a realizar las tareas más horribles del mundo. Seguramente si les preguntamos por qué lo hacen, la respuesta es bien sencilla: por el dinero, o por necesidad. Cuando veas las ocupaciones de esta lista, tu primer pensamiento será que no lo harías ni por todo el oro del mundo. Pero hay gente, que por un poco menos de oro, no todo, sacan lo mejor de sí y se convierten en funcionarios de los peores empleos del mundo. Cuando los conozcas no sabrás si admirarlos o tenerles lástima, pero esta lista te abrirá los ojos. Piensa en ella la próxima vez que tengas que enfrentar a tu jefe o pienses que quedarte en la cama es lo mejor que te puede pasar en el día.
El Punkawallah fue uno de los trabajos más tediosos del mundo. Siglos atrás, los británicos gobernaban en la India y para soportar el intenso calor del país asiático, inventaron los ventiladores. Pero esos primeros ventiladores no tenían motor. Un punkawallah debía permanecer horas moviendo al mismo ritmo una soga conectada a las aspas del ventilador. Lo peor, era que la remuneración por hacer esta tarea era mínima, estábamos ante una tarea muy cercana a la esclavitud.
Antes de que se inventaran los despertadores a cuerda o a pila, y mucho antes que la tecnología permitiera que nuestro teléfono celular pudiera cumplir esa función, había personas que se ocupaban de despertar amablemente a quien los contratara, golpeando su ventana con un palo. Debían permanecer allí parados, golpeando hasta que se les entregara un dinero y se les pidiera que se fueran.
El empujador de tren es una ocupación terrible. Por supuesto que están en Japón, el país que tiene las reacciones más extrañas. Estas personas están instaladas en las estaciones del metro de Tokio y empujan a la gente al interior del vagón, para que puedan entrar más en el mismo. Convierten el medio de transporte en una lata de sardinas gigantes. Claro, si los empujadores hacen su trabajo con eficiencia es complicado acercarse a la puerta para bajarse en la estación que te corresponde.Consejo, no los hagas trabajar en las horas pico.
Fuente.: Purotrend com
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