Las relaciones frecuentes y apasionadas del principio a menudo pierden importancia, con la llegada de los hijos y las preocupaciones de la vida, a un ritmo atenuado, basado en la complicidad.
Es un hecho probado, el deseo y la vida sexual evolucionan con el transcurso del tiempo, en función de la fluctuación de las hormonas y de la duración de la vida útil de la pareja. Las relaciones frecuentes y apasionadas del principio a menudo pierden importancia, con la llegada de los hijos y las preocupaciones de la vida, a un ritmo atenuado, basado en la complicidad.
1. Edad y sexualidad
La sexualidad de la mujer en el tiempo
Una mujer está fisiológicamente preparada para tener sus primeras relaciones sexuales en la pubertad, cuando las primeras reglas han mostrado que podrá tener hijos, hacia los 12 - 13 años. Pero esto no significa que psicológicamente esté preparada. De hecho, según las estadísticas, el inicio de su vida sexual se sitúa hacia los 17 años y medio.Sin embargo, una mujer no adquiere su madurez sexual plena hasta los treinta años, con la experiencia. A lo largo de la vida de una mujer, la intensidad de su deseo está sometida a las fluctuaciones hormonales. A menudo disminuye con la menopausia, en el momento en el que el índice de estrógenos y de testosterona disminuye. Del mismo modo, la líbido evoluciona cada mes con el ciclo, alcanzando normalmente su paroxismo en el momento de la ovulación.
¿Y las seniors?
Menopausia y baja de las capacidades físicas no significan forzosamente la detención completa de toda actividad sexual en la pareja. Más bien al contrario, las mujeres, al tener más tiempo para pensar en ellas mismas y en su pareja, dejan más sitio a su vida sexual. Este período de la vida de una mujer a menudo marca un renacimiento del deseo. En el seno de la pareja, el saber hacer amoroso, constituido con el tiempo, puede hacer nacer una nueva intimidad, alimentada por una rica historia común.
2. Sexualidad y vida de pareja
Amor fusión, amor pasión
Durante los dos a cinco primeros años de vida, una pareja tendría de media 13 relaciones sexuales al mes. Es el tiempo de la pasión, del descubrimiento del cuerpo del otro. Este descubrimiento está basado en la seducción y en la sensación de que el otro podrá colmar todos los deseos y expectativas.La entrada en la intimidad de una vida de pareja pasa por una fase fusional, particularmente fuerte en el nivel sexual. Durante esta fase, el cerebro segrega feniletilamina, una hormona que contribuye en el mantenimiento de esta impresión embriagadora de haber encontrado “el alma gemela”.
Cuando la pasión cae, la sexualidad se profundiza
A partir de los cinco años de vida, la pareja conocería una estabilización de 9 relaciones sexuales al mes. La vida en común y el inevitable hecho de tener los pies en la tierra permiten aprender a conocer a la pareja por lo que verdaderamente es. La complicidad erótica está basada en lazos más fuertes y el placer puede ser más intenso, ya que está basado en una relación más completa.
¿Padres y amantes?
El asentamiento a menudo coincide con la llegada de un bebé. ¡Evidentemente se puede seguir siendo amantes cuando se es padre! Además, el cuerpo de la mujer ha cambiado durante el embarazo y la pareja debe tomar nuevas marcas, controlar un nuevo estatuto. Una vez más, el tiempo y el diálogo suelen permitir salir adelante. La vida diaria, las inquietudes y el cansancio provocados por los hijos, que pueden hacer disminuir el deseo, también representan la ocasión de afianzar lazos todavía más fuertes. Construir una familia juntos sólo se puede hacer cuidando la salud de la pareja, lo que se traduce en una gran atención en la vida sexual, en los pequeños rituales eróticos que hay que reinventar, e incluso inventando.
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