Respirar bajo el agua sin necesidad de tanques de aire comprimido será posible gracias a un revolucionario sistema creado por un inventor israelí llamado Alon Bodner.
Aprovechando las pequeñas cantidades de aire que existen en el agua, los buceadores y los submarinos podrían tener el suministroasegurado: una batería de litio de un kilo de peso suministraría aire a un buzo para una hora de tiempo bajo el agua.
El invento, que imita el sistema respiratorio de los peces, ya ha llamado la atención de las fábricas de equipos de buceo e incluso de la marina israelí.
El tradicional método para respirar debajo del agua, es decir, los tanques de aire comprimido, tiene bastantes limitaciones. La primera de ellas es la del tiempo: un buceador puede estar bajo el agua sólo mientras le dure el aire de sus bombonas, así que depende de la capacidad de éstas para poder hacer su trabajo.
Otra limitación es la de la recarga de los tanques de aire que gaste: introducir y comprimir el gas en las bombonas es costoso y peligroso, por lo que no suele hacerse en el mismo sitio donde se bucea, con la consecuente necesidad de ir a buscar recambios continuamente o de llevar suficientes bombonas para el tiempo que se necesiten. Por otro lado, estas bombonas de aire condicionan el equilibrio del buceador en el agua, por su peso inicial y por las transformaciones que este peso sufre a medida que el aire se va gastando.
Todas estas dificultades han intentado repararse durante años. Los submarinos nucleares y la estación espacial internacional, por ejemplo, usan sistemas que generan oxígeno a partir del agua por medio de la electrolisis (de electro, electricidad y lisis, rotura), que es un método de separación de los elementos que forman un compuesto aplicando electricidad.
Cuando el compuesto es el agua, la electrolisis sirve para separar el oxígeno del hidrógeno, los dos elementos que componen su molécula (dos átomos de hidrógeno por uno de oxígeno o H2O es la fórmula de este líquido susceptible de generar vida).
Aprendiendo de los peces
Sin embargo, este sistema requiere gran cantidad de energía, con la que no cuentan los submarinospequeños (aparte de que no pueden con el peso de la maquinaria que realizan este trabajo), por lo que deben subir a la superficie para recargar sus depósitos de aire.
Los buzos tampoco podrían cargar con ese peso ni llevar una fuente de energía tan potente como para llenar sus propias bombonas de aire bajo el agua. Para superar esta limitación, el inventor israelí Alon Bodner se fijó en los peces.
Los peces no separaran químicamente el oxígeno del hidrógeno del agua para poder respirar, sino que usan el aire diluido que existe en el agua. En el océano, el viento, las olas y las corrientes submarinas, ayudan a propagar pequeñas cantidades de aire dentro del líquido.
Algunos estudios han demostrado que a una profundidad de 200 metros bajo el mar, todavía hay un 1,5% de aire disuelto. Esta cantidad es suficiente como para permitir a un pez respirar tranquilamente. La idea de Bodner era crear un sistema artificial que imitara ese uso del aire submarino que hacen los peces, de tal forma que permitiera a los pequeños submarinos y a los buzos abandonar la pesada carga de las bombonas.
Fuente: www.bajoelagua.com
Todas estas dificultades han intentado repararse durante años. Los submarinos nucleares y la estación espacial internacional, por ejemplo, usan sistemas que generan oxígeno a partir del agua por medio de la electrolisis (de electro, electricidad y lisis, rotura), que es un método de separación de los elementos que forman un compuesto aplicando electricidad.
Cuando el compuesto es el agua, la electrolisis sirve para separar el oxígeno del hidrógeno, los dos elementos que componen su molécula (dos átomos de hidrógeno por uno de oxígeno o H2O es la fórmula de este líquido susceptible de generar vida).
Aprendiendo de los peces
Sin embargo, este sistema requiere gran cantidad de energía, con la que no cuentan los submarinospequeños (aparte de que no pueden con el peso de la maquinaria que realizan este trabajo), por lo que deben subir a la superficie para recargar sus depósitos de aire.
Los buzos tampoco podrían cargar con ese peso ni llevar una fuente de energía tan potente como para llenar sus propias bombonas de aire bajo el agua. Para superar esta limitación, el inventor israelí Alon Bodner se fijó en los peces.
Los peces no separaran químicamente el oxígeno del hidrógeno del agua para poder respirar, sino que usan el aire diluido que existe en el agua. En el océano, el viento, las olas y las corrientes submarinas, ayudan a propagar pequeñas cantidades de aire dentro del líquido.
Algunos estudios han demostrado que a una profundidad de 200 metros bajo el mar, todavía hay un 1,5% de aire disuelto. Esta cantidad es suficiente como para permitir a un pez respirar tranquilamente. La idea de Bodner era crear un sistema artificial que imitara ese uso del aire submarino que hacen los peces, de tal forma que permitiera a los pequeños submarinos y a los buzos abandonar la pesada carga de las bombonas.
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